No nos convencieron. Postura del PAN Yucatán

No nos convencieron. Así podríamos resumir el ejercicio de la glosa del III Informe de Gobierno. En varias ocasiones, hemos manifestado que, por el bien de la ciudadanía, trabajaríamos codo a codo con el gobierno, reconociendo incluso sus esfuerzos y celebrando sus avances. Sin embargo, también hemos señalado que nunca seríamos cómplices o comparsas.

Esta es una de esas ocasiones.

No nos convencieron. El ejercicio de las comparecencias de los encargados de realizar las políticas públicas en el Estado fue estéril, ya que más que diálogo fue monólogo, en el que se impidió ahondar en temas de gran interés a la ciudadanía. Al Ejecutivo se le olvidó que los diputados que participamos en esta glosa representamos a los yucatecos, y que las dudas y preocupaciones que externamos no sólo son nuestras, sino de todos. La glosa, que pretende ser un acto que fomente la transparencia, fue opaca, sospechosamente rápida y no sirvió de retroalimentación. Fue una pasarela de cifras alegres y de elogios por parte de integrantes de un mismo partido. Si el formato se convirtió en una muralla a las críticas, mucho menos se escuchó de los funcionarios estatales autocrítica alguna; un ejercicio que debe ser indispensable en un gobierno que se cuelga calificativos como «sensible» y «cercano a la gente».

No nos convencieron. No nos convencieron. Específicamente en… Transparencia y combate a la corrupción: Los funcionarios del gobierno estatal evadieron un tema que ha lastimado y sigue lastimando a la sociedad yucateca: la corrupción. Este desdén se evidenció desde la negativa a nuestra petición para que comparezca el director del Instituto Estatal para el Combate a la Corrupción hasta hasta las evidentes contradicciones de los funcionarios acusados por fraude. Reiteramos que no es posible, que es inconcebible que el Estado cuente con un instituto de combate a la corrupción estéril, que solamente le cueste a los yucatecos.

Asimismo, cuando cuestionamos al secretario de Administración de Finanzas sobre este tema, se comprometió a crear los comités de transparencia… Así lo dijo, mientras en la congeladora está la iniciativa de transparencia presentada por la fracción del PAN, que esperamos entre ya en análisis para su dictamen. Combate a la pobreza: Los funcionarios del gobierno estatal omitieron responder por qué aumentó la pobreza extrema en el estado. Hoy día, veintidós mil yucatecos luchan por sobrevivir el día, ya que con lo que ganan no les alcanza para comprar por lo menos la canasta básica.

La pobreza está en las calles y en los pueblos de nuestro Estado y eso no puede continuar así. Esta pobreza, consideramos, no se resuelve con el reparto masivo de tinacos, cobertores y pollitos —«aves de traspatio», las llaman con un cínico eufemismo—.

Muchos menos si este reparto se hace en tiempos electorales o por el pago de favores políticos. Seguridad: Los funcionarios del gobierno estatal no quisieron responder por qué no se ha investigado a fondo el tema de trata de personas en Yucatán; una realidad tan evidente, que duele y lastima. ¿Cuantos niños y niñas, cuántos jóvenes, de uno y otro sexo, provenientes de estados como Chiapas deambulan por las calles del Centro, regenteados por oscuras mafias, hasta el momento impunes? Esa triste realidad parece inexistente a los ojos de nuestras autoridades. En este ejercicio igual reiteramos nuestra preocupación por esos recursos que antes llegaban a nuestro Estado para fortalecer la seguridad, mismos que este año se perdieron. Aquí claramente hay un retroceso en materia de seguridad en aras de una supuesta política de austeridad de la que no se dan cifras ni otros datos. Salud: Los funcionarios del gobierno estatal también eludieron el tema del hospital de Ticul; sortearon el tema alegando y mareando a su audiencia con supuestas «estrategias» que se realizarán en ese fallido centro de salud. Esa obra es un monumento a la ineficacia, a la corrupción; una herida que deja a miles de familias indefensas ante los embates y problemas de salud que padece la población del sur del Estado. Obviamente, tampoco se abordó el tema de que esa obra puede costar millones de pesos al Gobierno; que esa obra nos puede costar, a todos los yucatecos, otros millones de pesos en los tribunales. Ante las cifras peregrinas contrastó el silencio en varios temas. No se abordaron los problemas reales del Estado, que nada tiene que presumir si tenemos en cuenta que somos el primer lugar en todo el país en obesidad y los enfermemos de VIH aumentan día con día. 8 No nos convencieron. En el III Informe y en ese simulacro de glosa se presumió de un sinfín «compromisos cumplidos». Sin embargo, no se ofreció información puntual y precisa, medible, para que la ciudadanía sea la que califique esos avances. Haciendo a un lado esas ficciones, lo que es una realidad es: • La creación de unidades académicas sólo ha avanzado un dos por ciento, mismo porcentaje de avance de la creación de la universidad abierta y a distancia. • La construcción de subsectores y unidades modulares policiales estratégicas en colonias es de un tres por ciento. • La implementación de estímulos y reconocimientos de calidad educativa para las instituciones de educación superior es de cinco por ciento. • La instalación de una unidad de accidentes graves en Valladolid sólo ha avanzado un seis por ciento. • Ese mismo porcentaje presenta la construcción de la primera etapa del anillo vial metropolitano. • La adecuación de los edificios públicos para el acceso a las personas con dispcapacidad sólo tiene un avance del diez por ciento… Y la lista podría continuar. No se puede hablar de Finanzas Públicas sanas cuando Yucatán tiene una deuda publica directa de más de dos mil ciento cincuenta y cinco millones trescientos cuarenta mil pesos. Esta deuda compromete el futuro de los yucatecos. Reiteramos: No nos convencieron. Ni el formato ni los participantes. Los funcionarios del gobierno estatal acudieron con la idea de recibir aplausos y felicitaciones, no para compartir experiencias y escuchar sugerencias. Ante esta cerrazón, muchísimas preguntas quedaron al aire, y otras no se respondieron. La glosa debe ser un ejercicio democrático que enriquezca, y en esta ocasión sólo nos demostró las pobrezas de nuestro sistema. El ejercicio gubernamental es un concierto de todos los ciudadanos, no una interpretación solitaria de unos cuantos. Pugnaremos porque se cambie el formato y que se retome su espíritu, que es el que se rindan cuentas claras y se analice y juzgue lo realizado.

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